Las confesiones de Marta (4)
Encontré rápidamente el lugar y, afortunadamente, no tuve problemas para aparcar el coche. Sí los tuve para llegar a pie a la cafetería, pues había varias obras en la calle y la mayoría de los obreros, fuera cual fuera su edad, casi abuelos o adolescentes palilleros, me dedicaban alguna perla verbal.
Encontré rápidamente el lugar y, afortunadamente, no tuve problemas para aparcar el coche. Sí los tuve para llegar a pie a la cafetería, pues había varias obras en la calle y la mayoría de los obreros, fuera cual fuera su edad, casi abuelos o adolescentes palilleros, me dedicaban alguna perla verbal. Aunque estaba segura que si yo o cualquier mujer le plantara los cojones allí mismo, si le dijeran, venga, chulo, fóllame, ¿no quieres follarme? ¿no me vas a echar tres seguidos?, se cagarían por las pa...