Fiesta anal de primavera
Sandrita seguía chupando; no sabía en qué concentrarme, si en el trabajo de mi amigo, o en el de mi vecinita, o mirando cómo los dedos de Rodolfo se metían en el ano de ella.
Sandrita seguía chupando; no sabía en qué concentrarme, si en el trabajo de mi amigo, o en el de mi vecinita, o mirando cómo los dedos de Rodolfo se metían en el ano de ella.
FIESTA ANAL DE LA PRIMAVERA
Este relato sucedió en los lejanos días de mi adolescencia. Solía invitar a algunos amigos a la casa de veraneo de mis abuelos. En aquel balneario se festejaba año tras año, en setiembre, la semana del estudiante y esta vez compartía la casa de la playa con chicos y chicas, algunos de mis c...