Sara, Daniella y Ángel
Nadie puede imaginar lo que he sentido al tenerlas asi para mi, sometidas esperando mi polla en sus culos, a cual más bella, a cual más sexy.
Daniella está enfadada, mucho. Han llegado los tres a la hora de la comida, después del encontronazo con Sara, no esperaba menos, pero creo que exagera para hacerse la interesante, yo tenía vida antes de ella, y a ella en Italia también la esperará alguien, semejante diosa no puede dormir sola, sería un desperdicio.
Se ha pasado la comida sin dirigirme la palabra, como una niña pequeña ni me miraba, no soporto las tonterias, eso Sara ya lo sabe aunque me provoca continuamente y yo me encargo de darle...