Silvia la sádica (08)
Las horas pasan lentas y angustiosas en la cámara de tortura.
Las dos hermanas pasaron tres angustiosas horas sobre el ecúleo, sin embargo, cuando estaban casi inconscientes de tanta tortura, los verdugos aflojaron al fin el torno y las soltaron. Eso sí, inmediatamente volvieron a maniatarlas con los brazos a la espalda para meterlas en una jaula. Miriam y Séfora ni siquiera se atrevieron a mirarse a la cara al principio avergonzadas de su debilidad. Sin embargo, pronto las dos hermanas se perdonaron la una a la otra y se empezaron a besar mutuamente. Fue inevitable,...