Mentiras piadosas (II)
Continuan gozando del sexo.
Para saber de que se habla en este relato se recomienda la lectura de "Mentiras piadosas" aquí mismo publicado.
Al entrar a la ducha, la sonrisa de Walter me recibió placenteramente. El agua de la ducha caía sobre nuestros cuerpos que sin mediar palabras se abrazaban tiernamente.
Sus brazos me envolvían, y su boca fue pidiendo permiso a la mía para sencillamente devorarla. Nos habremos besado por cinco minutos. Luego, susurrando, me dijo al oído que se había quedado con ganas de más,...