Fantasía en el ropero

Feliz y orgullosa se despidió con un beso apasionado y salió del probador, mientras yo me terminaba de vestir, con las únicas pruebas de lo que acaba de pasar ahí, marcadas en ella: un chupetón y mi mano en su culo. Pero mejor empecemos por el principio.

Feliz y orgullosa se despidió con un beso apasionado y salió del probador, mientras yo me terminaba de vestir, con las únicas pruebas de lo que acaba de pasar ahí, marcadas en ella: un chupetón y mi mano en su culo. Pero mejor empecemos por el principio.

"Me ha vuelto a liar", pensé contrariado. Allí me encontraba, de pie esperando que mi chica se terminara de probar un sin fin de prendas, de la cuales, lo más seguro, al final no se iba a comprar ninguna. "Cariño, ¿qué te parece?", dijo abriendo el pr...

Historia de una amiga especialmente ninfómana

Todos los hombres hemos deseado alguna vez encontrarnos con una ninfómana que sea incansable follando… ¿Verdad?

No es oro todo lo que reluce. Algunas ninfómanas lo pasan muy mal.

Ya les he dicho que entre otras muchas cosas, creo humildemente, que  he llegado a ser un buen terapeuta sexual, sin duda a la práctica de este interesante y sano deporte que es el sexo, en cualquiera de sus facetas, aunque también gracias a los años que estudie tanto dentro como fuera de España y obviamente a los centenares de libros y miles de artículos leídos al respecto.

Ser una autentica ninfómana es un gran problema, a vece...

Mi tía la tetona, el mamón y los zapatillazos...

En este relato sabrán de mis gustos por mamar leche materna y la sorprendente historia de mi primo Javier, al que llamaba Trin, como diminutivo de Quichitrin que a base de zapatillazos se crío

Ya les he dicho que mi madre tenía cuatro hermanas más.

Mi madre Asunción a la que todo el mundo llamaba Asun, era la mayor de las cuatro y Alejandra la más pequeña de sus hermanas, a la que siempre llamaron Dita, a la que prácticamente crío ella sola por la enfermedad de su madre, mi abuela Paulina, la mujer de mi abuelo Remigio, del que ya he referido que tenía una polla enorme. Salí a él. El mamón también.

Vaya nombrecitos los de mis abuelos. Las cosas de entonces de poner el nombre de los fa...

Confinamiento

El olor de su cuerpo, el tacto de su piel... Ella esta con otra persona, no puede pasar nada, pero la pasión y el deseo en estado puro nunca desaparece...

CONFINAMIENTO

Allí esta, desnuda, tumbada en la cama mirándome y sonriendo, tengo que disimular lo nervioso que estoy e intento hablar con firmeza.

Le digo que voy a hacer unas fotos de prueba para ir ajustando la cámara y la luz. Me acerco a ella, pongo el foco sobre su torso desnudo y tiro la primera foto, sale borrosa y oscura, ¡vamos céntrate, Ricardo! Tiro un par de fotos mas y me acerco, me quedo a unos pocos centímetros de su piel y disimulando comienzo a apreciar los detalles de su cuerp...

Mi afición a oler bragas viene de largo...

Oler bragas es una afición que tenemos algunos hombres adictos al sexo. También es verdad que cada día las braguitas de nuestras mujeres son más bonitas, sensuales y excitantes… ¿Verdad?

Ya lo adelanto en el resumen del relato. Soy adicto al sexo, pero siempre con conocimiento. Jamás he sido maleducado. Muy vicioso, pero con saber estar.

Habré estado con casi un millar de mujeres de todas las edades,  y he olido varios centenares de bragas en vida y las seguiré oliendo hasta el final.

He intentado tener siempre cuidado con los detalles para que no se notase que había estado hurgando entre sus cosas, aunque no siempre lo he conseguido. Hay mujeres que tienen un sexto, un séptimo...

El agujerito del taller...

Mi primera experiencia laboral me hizo descubrir nuevas facetas del sexo, incluyendo sexo con otros hombres

Pero antes de empezar a relatarles mi primera experiencia laboral he de ponerles en antecedentes familiares y económicos.

Mi madre era de origen muy humilde, mientras que mi padre pertenecía a una de las familias más adineradas de la localidad, obviamente una familia no exenta de convencionalismos tradicionales. Al casarse por amor fue desheredado. El amor que mi padre sintió por mi madre obligó a romper los lazos con mi abuelo paterno, aunque eso cambiaría algunos años después como les contaré obliga...

Maestra exigente

Cuando un alumno me calienta, debo quedar satisfecha.

Maestra exigente.

  • ¡ Qué haces!- mi voz suena dura, con enojo. Es el mayor de la clase, no es un niño, se le nota en los pelos del las piernas, que deja ver su pantalón corto.

  • Nada, maestra.

  • Ponte parado delante mía...Niño ...Eres un cochino...Ven acá.

De pie, firme, los pantalones no pueden evitar que se note el bulto de su pene duro. Me pone caliente la excitación de mi alumno.

  • ¿ Como tienes la poronga tan gorda?

  • Maestra es que usted me gusta mucho y cuando la...

Hotel.

"...Después de un tira y afloja, nos hemos puesto de acuerdo y has decidido que si querías hacerlo, asi que te has vestido, te has puesto tus pinturas de guerra y has decidido ir a matar..."

"...Después de un tira y afloja, nos hemos puesto de acuerdo y has decidido que si querías hacerlo, asi que te has vestido, te has puesto tus pinturas de guerra y has decidido ir a matar. Sin preocuparte, del como me has conocido y del poco tiempo que llevamos hablando por la red. Tu cuerpo te pide emociones y crees que yo, podre sacarte de esa rutina y aburrimiento de vida marital que llevas con tu marido.

Has llegado a la hora convenida al hotel, hecha un manojo de nervios, y has subido a la habitac...

Mi primera vez con mi tia abuela

Todos las personas recordamos esa primera vez con un cariño y ternura muy especial, o al menos casi todos. Hoy les contaré la primera vez que metí la polla en el coño de alguien muy especial.

MI PRIMERA VEZ CON MI TIA ABUELA

Todos tenemos esa primera vez, algunos la recordamos con un especial cariño.

Mi primera vez fue con una tía abuela, prima de mi abuelo, ya mayor se había quedado soltera al ser la única hija y tener que cuidar de sus padres enfermos hasta que murieron. Tenía una pequeña pensión de jubilación como ayuda y vivía modestamente.

En muchas ocasiones especialmente en Navidad, Semana Santa, puentes, y muchos veranos mis padres iban a por ella, la traían a casa y el...

Mi vecina fernanda me enseño a comer el coño

Comer el coño a una mujer es lo que siempre me ha puesto más, ésta es la pequeña historia en donde les cuento como aprendí a disfrutar de un sabroso coño ademas de hacer disfrutar como se merece toda mujer.

La calle en donde vivimos durante años a las afueras de la ciudad era una calle tranquila con mucha amistad entre casi todos los vecinos. Se respiraba un cálido ambiente de vecindad. Los padres eran casi todos amigos entre sí, hacían recados juntos e iban a tomar al bar del barrio alguna cerveza,  a veces solos, otras acompañados de sus mujeres. Ellas casi siempre trabajando en casa y por la tarde se juntaban a coser y a hablar de los unos y los otros, especialmente de un matrimonio que vivía unas puertas m...