Fantasía en el ropero
Feliz y orgullosa se despidió con un beso apasionado y salió del probador, mientras yo me terminaba de vestir, con las únicas pruebas de lo que acaba de pasar ahí, marcadas en ella: un chupetón y mi mano en su culo. Pero mejor empecemos por el principio.
Feliz y orgullosa se despidió con un beso apasionado y salió del probador, mientras yo me terminaba de vestir, con las únicas pruebas de lo que acaba de pasar ahí, marcadas en ella: un chupetón y mi mano en su culo. Pero mejor empecemos por el principio.
"Me ha vuelto a liar", pensé contrariado. Allí me encontraba, de pie esperando que mi chica se terminara de probar un sin fin de prendas, de la cuales, lo más seguro, al final no se iba a comprar ninguna. "Cariño, ¿qué te parece?", dijo abriendo el pr...