Capítulo 4: Una Bruja, Una Bengala y unos Muertos
El destino quiso llevar a Lucía a tomar un camino alterno al que le habían dibujado de toda la vida; el destino interpuso que conociera a una misteriosa y seductora mujer de traje satinado en azul, y también elaboró un retorcido plan para que terminaran varadas en una oscura y siniestra isla.
La noche parecía desierta, los gritos de Victoria eran lo único que acompañaban el sonar de los pequeños insectos nocturnos; intenté controlarla, pero sus pupilas estaban tan dilatadas como un gato cuando se encuentra excitado. Todo se salió de control tan rápido que no me quedó tiempo de analizar lo que sucedía, de decirle algo que realmente la calmara, luego entre manotazos y gritos, sentí un golpe sobre la nariz, tan fuerte, tan abrumador que parecía casi ensañado. Me agarré la cara por instinto, comencé...