Chicas malas
La biblioteca es un lugar tranquilo, donde poder estudiar en silencio. O al menos eso pensaba Dave, hasta que dos viciosas jovencitas echarán a perder su tarde de estudios.
Dave, molesto, levantó la mirada de la pila de libros en que se encontraba absorto y miró furioso a las dos chicas que se sentaban en la mesa de al lado, dos jóvenes que debían tener en torno a los veinte años de edad y que no hacían más que hablarse al oído la una a la otra, entre risas. Buscó con la mirada al personal de la biblioteca, pero no encontró a nadie en los alrededores. Con un bufido molesto trató de volver a sus libros, pues todavía le quedaba mucho trabajo de documentación para el ensayo sobre...