La partida.
Una buena cena, dos parejas de amigos y una baraja de póker. El resto: una noche divertida y llena de sexo.
Carmín y yo conocimos a Pedro y Leona en un club de intercambio de la capital.Tras muchas vueltas y revueltas conseguí convencer a Carmín de ir a “un sitio de esos” por curiosidad, para ver el ambiente nada más en teoría. Ellos eran habituales y nos enseñaron aquello. Las primeras veces simplemente quedamos a charlar y acabamos por hacer amistad. Todo lo más llegamos a bañarnos los cuatro en el yacuzzi y darnos el lote cada uno con su pareja (en aquella época fue todo un logro con lo cortada que era Carmín)...