Ayudando a mi cuñada (2)
Chupé, lamí y absorbí cada milímetro de sus labios vaginales, dedeé y al mismo tiempo que no deje de relamer y besar su clítoris, no dejando de jugar con su vulva. Todo esto, mientras se retorcía de placer, acabando por venirse en mi boca y continuar hasta que con el segundo orgasmo me maldijo.
Ayudando a mi cuñada (2)
Y nos hemos despedimos como una pareja recién salidos, salí de su casa y escabulléndome para no ser visto por sus vecinos chismosos, no porque fuera raro el ver salir a su cuñado de su casa, sino porque cuando he salido eran las cinco de la mañana, hora bastante extraña.
Ha pasado unas semanas, y aunque hemos hablado por el móvil por saber cómo nos va, no dejamos de decirnos que necesitamos volver a repetirlo, pues ya no es solo por la emoción de hacerlo sino por la m...