Entrégate a la pasión
Diana y Max coinciden en un fin de semana de disfrute como ningún otro, en el que probarán los límites del deseo y la pasión carnal.
Tenía 28 años cuando conocí a Max, de 40.
Por aquel entonces, yo estaba en un momento de exploración en mi vida. Como periodista, tenía un trabajo que me gustaba, pero el continuo ajetreo me hacía coquetear con la idea de independizarme. Mi esposo Alfonso, de 32 años, era un hombre cariñoso y amable, a menudo absorto en su demandante trabajo como gerente de una consultora financiera. Teníamos una buena vida juntos, pero tras apenas 4 años de matrimonio, comenzaba a preocuparme que la costumbre y rutin...