Quiero verlo....
Quiero verlo la interrumpí. ¿Cómo iba yo a humillarla, doblegarla, dejar que cargara con tanto peso, cercenarle la poca libertad que la crianza le dejaba?. Aunque ella traicionara, mis principios no se basaban en pisotear a ninguna hembra .menos a la que amaba. - ¿Verlo? acertó por primera vez a mirarme. - Si, quiero verlo.
- Te quiero tanto.
Dos meses sin hacer el amor.
- Te necesito.
Peleas por tonterías, por ñoñerías, de cotidiano.
- No se vivir sin ti.
Y tampoco recordaba lo que era cenar a solas, velas, mesa redonda, miradas prometedoras el uno junto al otro.
- Pero te amo.
Porque rabiosamente, nos amábamos.
Creer, imaginar, tan siquiera concebir en que lo nuestro estaba finiquitado, provocaba que las piernas se convirtieran en plastilina...