La sra. montse y los gitanillos (3)
El chico que movía los hilos de mi nueva situación se planta en caso solo, para disfrutar de mi a su antojo, me alquila en un local de sexo donde yo soy la protagonista del espectáculo, mi humillación y descubrimiento de un nuevo mundo continúan.
Habían pasado un par de semanas desde lo del parque acuático y no había tenido más noticias de los gitanillos, aquello había pasado, no sabía cómo me había dejado arrastrar hasta tal punto, pero estaba convencida de que no iba a volver a pasar. Yo era una mujer madura, respetable, nunca había tenido ni sueños con otro hombre y lo pasado, pasado.
Mi marido había vuelto del viaje y teníamos nuestra vida habitual, monótona, pero la que al fin y al cabo nos gustaba.
Hasta que una mañana so...