Pan de coño
Marido ejecutivo en la empresa de su mujer, descubre que su santa esposa le pone los cuernos por aburrimiento, y por casualidad escucha las opiniones y desconsideración hacia el de su secretaria y compañeras de trabajo, ahora planea su venganza
Cuando Cándido Pazos se presento en mi despacho, su mirada lo decía todo, y las sospechas se confirmaban.
Mi mujer, mi santa esposa, madre de mis hijos, esposa perfecta, hija perfecta, cristiana y devota, de tan buena familia, de la que si no hubiese sido por esa estúpida casualidad en la que me pareció verla entrando en el hotel Petit Palace a las cinco de la tarde, hubiera puesto la mano en el fuego por ella, sin dudarlo, de que jamás me seria desleal, y mucho menos infiel.
Cándido Pazos, tras...