Sexo Efímero
Se acomodó la ropa, se levantó para ir a abrir la puerta con enfado y al hacerlo se encontró con esta mujer de cabellera negra y ojos brillantes. Un par de aretes finos combinaban con el peinado de salón y un maquillaje discreto le daba vida a un rostro hermoso.
—Hola Yurie, ¿Está Erandy? ¿Me la comunicas por favor? Pregunto Ramiro.
—¿Por qué no le marcas a su celular?
—Sí lo hago, pero me manda al buzón de llamadas, así que una de dos, puede que lo traiga apagado o donde anda no tiene buena señal.
—Ni te contestará cabrón, ahorita anda muy lejos con su padre. Pensó ella sin contestar de viva voz.
—Hola… ¿Yuri, Yurie? ¿Estás ahí?
—Eh, sí.
—Está bien, seguiré intentando comunicarme con ella. ¡Chiao!
—Adiós.
Ramiro se p...