Un error de los grandes
A mí la que me gustó desde el principio fue Martina. Cómo, en lugar de mi pareja llegó a ser mi cuñada es otra historia y lo que acaba de suceder entre nosotros otra, mucho más interesante sin duda, pero comencemos por el principio...
A mí la que me gustó desde el principio fue Martina. Cómo, en lugar de mi pareja llegó a ser mi cuñada es otra historia y lo que acaba de suceder entre nosotros otra, mucho más interesante sin duda, pero comencemos por el principio.
Decir que en cuanto la vi caí irremediablemente preso en el pozo sin fondo de sus ojos negros resulta tan tópico como cierto. Porque no eran solo unos ojos, eran sus labios carnosos, su nariz respingona, hasta la tez morena o su manera de arreglarse el flequillo con la man...