Jugando con fuego (Libro 4, Capítulos 11 y 12)
Continúa la historia.
CAPÍTULO 11
Gracias a una mirada que exteriorizaba no solo mi conformidad, sino mi interés, María supo que no tenía ni por qué preguntarme. Accedió entonces a la propuesta de ese hombre, y yo di la vuelta con el coche. En diez minutos estaríamos donde Carlos le había indicado.
Quizás no fuera a pasar realmente nada. Quizás íbamos allí a charlar con él. Sin más. A charlar con un cliente del despacho de María porque le había caído suficientemente bien. O quizás fuera todo un auto engaño y no sabía...