El GUITARRISTA y la GRUPI TETONA
Después de triunfar sobre el escenario, Alan rebusca entre el público con la esperanza de localizar a la chica que le gusta. Cuando ya está a punto de perder la esperanza, el destino le favorece y la magia no tarda en aparecer entre ellos.
Los focos le deslumbran. El calor del bullicio le abrasa. La música le ensordece. Alan está tenso y concentrado para no equivocarse de notas. Apenas tiene tiempo de observar la multitud. Durante el concierto, imagina que Sara le está mirando mezclada entre la gente, pero realmente no cree en ello. Es una pena, porque el público está entregado y todo está saliendo a pedir de boca. El repertorio se termina sin casi darse cuenta. No lo parece, pero han estado casi una hora.
Al terminar, recogen ágilmente...