Seduciendo a mi profesor de Educación Física

-¿desea tocar mis senos?- le decía mientras me los tocada encima de la camisa, acariciando mis pezones circularmente-vamos profesor déjese de anticuadas, nadie lo sabrá. Cerraré mis ojos no sienta verguenza.

Era un martes y me encontraba en los banquitos de la universidad  sentada conversando con mi amiga Juana, saludando a todo mundo puesto que  era inicio de semestre  y estábamos  cada una recién llegando de sus lugares de origen, toda emocionada me encontraba porque por fin estaba en la ciudad y yo quería ver a mis amigas.

Ese día en la tarde decidimos mis amigas y yo dirigirnos al centro donde estaban unas tiendas que venden ropa deportiva, ya que una de las asignaturas nuevas que nos tocaba ver ese s...

Soy una viciosa

Desde niña me gustan las experiencias fuertes y esta vez he probado con un compañero cachondisimo de mi padre que me ha montado como una perra.

Bueno, en primer lugar queria comentar que tengo 18 años y que esta es tan solo una de mis muchas experiencias, en otra ocasion relatare la perdida de mi virginidad, he decidido empezar con este relato para que podais conocerme un poco mejor. Espero que os guste y espero vuestros comentarios.

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Desde muy temprana edad he tenido todo lo que he querido, vivo en una familia acomodada que me ha complacido en todas y cada una de mis peticione...

Duelo de palabras (2)

Salir corriendo no siempre significa encontrar una salida pero estar atrapado tampoco quiere decir estar acabado, a veces las contradicciones son la mejor solución

“Hasta esta noche, preciosa. Prepárate, te iré a buscar…”

Esa última frase rondaba por mi cabeza, una y otra vez. No me veía capaz de enfrentarme a él, no quería… sí, no sé… Todo era muy confuso. Rechazo, excitación, miedo, lujuria,… todo se mezclaba, no sabía qué hacer ni lo que me esperaba. Sabía que era una solución cobarde pero huí. Pedí permiso, me excusé diciendo que me encontraba mal y me refugié en casa. Me sentía segura allí, o eso creía.

¿Qué era ese ruido, de dónde venía? Me despert...

Como aficionarse al tequila

Si mis amigas me dejaran seguir imaginándome con el camarero de la fiesta... ese que quiere enseñarme a beber... tequila.

Por Dios… ¡Cómo sacas eso ahora!

Me atraganto con las palabras, que no puedo llegar a pronunciar porque me tiembla el labio inferior, y la lengua se me ha pegado al paladar, al estar la boca escasa de saliva. Eso, es tu polla, y sacar… sí, la has sacado. Entera, dura y tiesa, a través de los botones de la bragueta de tu pantalón vaquero. Jugosa, plena, una delicia de polla erecta.

Coges mi mano y la depositas a pocos centímetros de ella, justo en tu muslo, para que sea yo la que dé el siguiente pa...

Descansandosela a la colega

Despues de una ardiente conversacion se concederán sus deseos

Ella habia llegado hace aproximadamente un mes a la empresa, y todos la consideraban ardiente. Pamela, era rubia natural, de ojos verdes, alta, esbelta, nalgas tremendas y bien paradas, los senos altos y grandes. Sin embargo, era una compañía moralista que prohibía todo tipo de flirteo y relaciones amorosas e incluso familiares entre colaboradores. Debido al buen sueldo que pagaban nadie se atrevía a perder el empleo por cachondear, pero si unas cuantas salidas en secreto. Se contaba que Pamela había rechaz...

Despues de correr

Algunos domingos nos íbamos a correr y aprovechábamos para luego ir a comer a casa de sus padres o de los míos.

Algunos domingos nos íbamos a correr y aprovechábamos para luego ir a comer a casa de sus padres o de los míos.

Esa mañana nos pusimos los chándal y nos fuimos a correr como de costumbre.

En el ascensor note que él me miraba demasiado y cuando le pregunte que pasaba me dijo que se había levantado muy caliente y que no sabía cuanto podría aguantarlo. El tiempo que estuvimos corriendo me repitió varias veces que estaba bastante cachondo y yo le dije que en cuanto volviéramos a casa haríamos lo que...

Morbo cuento 3

En esta nueva historia, nos encontramos a nuestra protagonista Sophie en una nueva morbosa situación.

Morbo cuento 3

En esta nueva historia, nos encontramos a nuestra protagonista Sophie en una nueva morbosa situación.

En nuestro primer morbo cuento, nos situamos en un pasado cercano de la vida de Sophie. Mientras que en el segundo morbo cuento, retrocedemos aún más hasta el comienzo de su etapa universitaria. En éste morbo cuento, avanzamos en el tiempo hasta situarnos temporalmente en la experiencia vivida por Sophie hace 1 año, mas o menos.

Quién no se ha sentido atraído/a por algún ami...

Duelo de palabras (1)

Dos desconocidos, una piscina, juego de miradas, de palabras...

Otro día más en el club, por fin había acabado mi jornada por hoy.  Solo quería refrescarme e irme a casa, desconectar un rato. Mis pies me llevaban por inercia hacia el vestuario pero se pararon inexplicablemente en la entrada de la zona de spa. Siempre hacia el mismo recorrido pero iba siempre con la directa puesta. Me quedé pensando e intenté recordar cuando había sido la última vez que disfruté de las instalaciones. Llegué a la conclusión de que era demasiado tiempo, casi ni lo recordaba.

Retomé m...

Mi venezolana, la doncella de acero.

El destino me lleva a los brazos de una bella pero terrible venezolana. ¿Acaso descubriré un corazón detrás de sus muros de acero?

Hace algún tiempo, contra todo pronóstico, ocurrió un milagro. Me surgió una oportunidad única pues me ofrecieron trabajo como escritor en la capital del país. Sin pensarlo dos veces lo dejé todo y me fui. Al principio fue duro pues tuve que adaptarme a una ciudad monstruosa y caótica. En poco tiempo me hice de un departamento que aunque modesto está ubicado en el centro de la ciudad, muy cerca de los puntos más importantes, entre ellos mi oficina. El trabajo era estupendo. Que le paguen a uno por hacer lo...

Gatita

“voy a follarte la boca, gatita…”-me dice él con voz jadeante; me tira del pelo hacia abajo, sujeta mi cabeza enmarañando mi negro cabello entre sus dedos obligándome a descender hasta esa polla erguida, retadora, desafiante

“voy a follarte la boca, gatita…”-me dice él con voz jadeante; me   tira del pelo hacia abajo, sujeta mi cabeza enmarañando mi negro cabello entre sus dedos obligándome a descender hasta esa polla  erguida, retadora, desafiante…

Me hace daño pero no me quejo. Mi única obsesión es comerme esa polla y adivinar cómo metérmela en la boca sin asfixiarme.

Mi único afán: que mi hombre quede satisfecho.

Tiene el glande húmedo, brillante y hermoso.

De cuclillas frente a él, paso tímidamente l...