La guerrera 05
Nuestros amigos emprenden la búsqueda de un tesoro.
Al despertar, como siempre, Jos ya se había levantado. Algún día me hubiera gustado encontrarle dormido a mi lado y poder acurrucarme con él. Me vestí con el ridículo disfraz que exhibía de mi cuerpo más de lo que tapaba y salí con mis armas. Jos estaba haciendo rutinas de espada. Con solo el pantalón puesto, sin camisa, era todo un espectáculo. Los músculos, brillantes por el sudor, relucían con sus movimientos atrapando mi mirada. Él no se podía quejar porque su mirada también se quedó atrapada en mi cuer...