María Jesús (3)
Vi sus ojos cómo me miraban. Vi su cuerpo cómo reaccionaba a mi mirada. Noté, en el disimulo de mi mente, cómo su pene estaba crecido. Mi cuerpo sintió un rayo. Bajo éste de la cabeza y llegó a mi clítoris . Fue tremendo.
María Jesús III
Amaneció temprano ese día. Mi hermana me recogió como siempre y nos dirigimos al trabajo. Lo de siempre. Los fríos buenos días de unos, las miradas picarescas de otros ahora detectadas, otras miradas también frías de algunas conocidas . Lo de siempre. Un amigo se me acercó a recepción y me dijo:
"Estás bellísima Mari", sorpresa para mí. Era un amigo que jamás tuvo la audacia de decir esas cosas .
"Gracias", dije, "qué milagro es este?".
Oscar llegó también tem...