A.C. (27: El Precio de la Traición)
La culpabilidad es algo predecible. Quien traicionó a Ajdet obtendrá su merecido.
El jinete se detuvo por unos instantes frente a las puertas de la ciudad. Donde debían estar los guardias, patrullando, no había nadie. La ciudad del Gran Río hubiera parecido desierta de no ser por el murmullo nervioso que procedía de su interior. Parecía que toda la ciudad, guerreros incluidos, se había reunido en la plaza central del poblado.
- Mejor -pensó el jinete, recolocando sobre su montura al cadáver envuelto en la sábana y espoleando de nuevo al caballo para dirigirse al interior del pueblo...