Luis-Luisa, la dulce

Un Chico que gusta de los tacones altísimos, se cita con otro el que también los ama y ambos gozan unidos por su fetichismo y se transvisten gozandose mutuamente.

Citado por via mail con Luis el viaje hasta su departamento se hizo muy corto, eran solo sesenta kilómetros. El me abrió personalmenmte la puerta vestido sólo con su bata casera, y su pelo aún mojado. Sonriendo, después de saludarnos en persona por primera vez y de comentar nuestro encuentro vía email, me invitó a sentarme en el sillón mientras él terminaba de secarse y prepararse.

El de Luis era un piso de estudiante, pequeño pero completo y con libros por todas partes. Un aparente desorden se...

Como es mi idea para masturbarme

Como sin ser homosexual un hombre hecho y derecho, llegó a usar las medias y los tacones extremadamente altos para darse la satisfacción mas completa a sus deseos de masturbarse.

La descubrí cuando tenía unos 9 años, siendo un muchacho muy desarrollado para mi edad. Una tarde estando resfriado en cama, mi pene se puso muy erecto con el calor de la cama y yo lo comencé a tratar de bajar rozándolo entre mi puño, lo que me produjo una curiosa sensación de placer, por lo que seguí haciéndolo con el intento de reducir la erección, lo que aumentó esa sensación tan placentera y cuando la cosa se hizo mucho mas fuerte, sentí de repente que el placer me invadía muy fuerte y del extremo...

Andrés y Cristina

Guardó de nuevo un momento de silencio. Luego se levantó, se puso de espaldas frente a mí, miró a un lado y a otro para asegurarse que no hubiera gente demasiado cerca y... soltó un sonoro pedo.

Hola, me llamo Andrés.

Cristina es una chica simpática, rubia, con melena, no demasiado alta y con la carne justa para decir de ella que es preciosa. Sus ojos verdes, miran de forma directa, con descaro, sus labios carnosos parecen hechos para besar, tiene una nariz suave, todo en ella es suave, excepto su mirada. La redondez de sus curvas es suave, incluso sus nalgas son suaves pese a su rotundidad, quizás sus pechos escapen un poco a ese aire de suavidad apareciendo tensos, pero solo escapan u...

Beatriz. Pies divinos

Inicio de verano, sin hijos ni mujer. Pies de secretaria dolorosamente atractivos,deseo, aproximación y...

Os voy a contar lo que me ocurrido este verano.

A finales de junio mi mujer se fue a un congreso tres días, además los niños terminaron las clases y el fin de semana anterior los dejamos en el pueblo con mis suegros, estaba de Rodríguez pero mis perspectivas se limitaban a navegar por Internet "desde casa" por mis paginas fetichistas favoritas.

Por otro lado, en el trabajo, la secretaria que trabaja con nosotros, se ponía desde hace mas de un mes sandalias de verano, como cada vez que salg...

Cumpliendo mi fantasía

Tenia a mi novia arriba mio con su pie postrado en mi cara fue mi fantasia hecha realidad.

CUMPLIENDO MI FANTASIA

Hola amigos lectores soy Luis de nuevo nada más les quería comentar que este es otro de mis relatos fetichistas relacionados de los pies de mi novia cubiertos con medias...... y otro un poco diferente

Quiero recalcar que yo tengo 24 y una novia de 20 y que ya tenemos 1 año y unos meses y por cierto que estos relatos fetichistas son reales.

Como saben, ella durante este tiempo me ha dejado fantasear con sus pies, como cuando se los acaricio los huelo los muerdo y...

Las Botas de la Madrina

Hace mucho que no la veia, hasta que en ese Bautismo la vi aparecer con unas impresionantes Botas Negras.

Juan se sorprendió alegremente cuando César y Laura le pidieron que fuese el Padrino de su primer hijo. César y Laura eran amigos muy queridos de Juan y se habían casado hace dos años, con una boda sencilla pero alegre.

El trabajo de Juan le impedía verlos muy seguido, especialmente desde que se mudó al otro extremo del país, hace 3 años. Le había costado mucho abandonar el tranquilo ritmo de su pueblo natal, y cambiarlo por el apresurado trajín de una gran ciudad.

Por eso le alegró mucho...

Los Aromas de Karla

Relato de como me excito el robo de mi tanga, para masturbarse con el olor de mi cuerpo.

Los Aromas de Karla

Hola a todos, ante todo quisiera presentarme, mi nombre es Karla, soy de Barcelona, tengo 30 años, pelirroja, 1,60, 50 kilos, estoy casada y trabajo de administrativa en una conocida empresa, de la cual no puedo dar el nombre.

También quisiera informaros, que en mi perfil, podréis encontrar un link, con mí pagina web, totalmente amateur, realizada por mí.

La historia que os voy a relatar, comenzó hace aproximadamente un mes.

Habíamos quedado con el jefe d...

La Amante descalza (8)

Se tendría que marchar a su casa con mis zapatos, llevaría en sus pies mi perfume, mi sudor, las sandalias que su marido tantas veces había lamido, y aquel recuerdo la acompañaría durante el resto de la noche.

El verano llegó como un viajero que tiene muchas cosas que contar y la serenidad se instaló una vez más en mi vida. Por la noche el cielo era como un manto sembrado de estrellas; de día, un inmenso mar azul, con el sol sonriendo por todas partes. Me gustaba holgazanear semidesnuda bajo aquel sol en el jardín de mi casa. Allí los domingos por la tarde, mientras adormilada en mi tumbona escuchaba música; dejaba volar mi imaginación, oía el suave susurro del viento agitando las ramas de los árboles y olf...

Los vicios de mi tía

Histaria de porqué como me enrrollé com mi tia divorciada. Porque tiene un vicio que me pone a 100, es fumadora...

Los vicios de mi tía

Me llamo Javier, tengo 23 años, soy estudiante de Informática y vivo en Madrid.

La historia que les voy a contar ocurrió el verano pasado cuando mi padre que es pediatra se fue a un congreso a Barcelona acompañado de mi madre. El congreso duraba 5 días. Mi madre habló con mi tía Carmen para que me quedara en su casa ese tiempo y ella accedió gustosamente.

Mi tía se divorció hace 2 años porque el capullo de su marido, comercial de profesión, se había largado co...

Los Pies del Policía

Exitante relato sobre los olorosos pies de un joven agente policial.

LOS PIES DEL POLICÍA

Ese martes iba yo muy apurado hacia mi casa después de salir del trabajo. Ciertamente, me salté la luz roja que indicaba el semáforo en un cruce de la ciudad. Sé que no debí hacerlo, pero, como no vi ningún peligro, me atreví a pasar así. Al poco tiempo se puso a mi lado un joven policía en motocicleta, quien con señas me ordenó que estacionara a la derecha. Me detuve un poco asustado, pues sabía que me pondrían una multa. Al bajar de mi automóvil se me acercó el agente...