Más pies aristocráticos, bañados en leche y orín
María Clara, la del relato de las mujeres de sociedad, quiere chupada de pies, pero tabién sentir el calor de una meada.
Acá estoy de nuevo, con los testículos hinchados de necesidad, de desesperación, de locura por los dedos de los pies de una mujer que me desmaye de placer con sus bellos atributos. Y tenía fijo en mis retinas unos dedos fuertes, de uñas grandes y pintadas de color rojo sangre. Tenía una sensación en el miembro de esos dedos retorciéndolo, acariciándolo, sobándolo con sublime pasión y maravillosa inexperiencia.
Quería sentir en mi boca el sabor salado pero delicioso de unos pies de mujer madura,...