Mario, el sustituto
Y llego él, y lo deseaba entre mis piernas...
La verdad es que la Universidad me aburría un poco, soy muy aplicadita y solo me queda un año por terminar.
Normalmente no es que vaya buscando machos como una salida, pero unos de mis profesores, Don Clemente, había enfermado y en su lugar, sus sustituto que ya me habría gustado tenerlo desde el primer día, Don Mario se llama. Dios mío como está el tal Mario, fuerte, musculado, moreno, con una boca que estaría todo el día comiéndosela, tiene que ser mío, con una noche me basta, una noche...o mejor,...