Suspiro de una maquina
Una historia de ciencia ficción, el ordenador se había enamorado locamente del navegante y se lo demostrará.
Acababa de despertar del largo sueño producido por la hibernación, a la que me sometí voluntariamente para esta misión.
Desde que partí de la estación orbital han pasado 2 años, según me indicaban los paneles del compartimento.
Llevaba mas de 30 minutos en pie y todavía me duraba el malestar de tan largo descanso, mi cuerpo me pedía movimiento. Con pausa ingerí algunos alimentos, algo insípidos a mi gusto, pero no había otra cosa.
Pasadas unas horas de ajuste corporal y mental,...