Capricho en la Víbora

Me utilizas a tu antojo casi con descaro, sin dejar de calentarme con tu mirada te vas acomodando, capturas la mano que aún tengo libre y la llevas hasta el interior de tus muslos estremeciéndote confiada en alargar el instante hasta reducirte a cenizas

De pie en este pasillo de mínimo, donde ya no alcanzan más almas, voy de regreso de la pincha (alfinpalacasa!) ansioso de encontrarte en ese cuartito minúsculo con balcón, escasamente iluminada y cruzada en diagonal sobre el cálido colchón, cubierta tan solo por esa colchita de sudor que humedece tu piel, llevando sólo ese blummer brasilero que se esconde entre tus nalgas redondas como una invitación deliciosa

La parada de la Víbora, este barrio reptil donde vivimos me anuncia que caminando un...

Sin penetración

Juegos previos.

En cierta ocasión, de esas en que el frío de la tarde te pone de buen humor, estaba con una compañera de trabajo realizando ciertas labores que no vienen al caso mencionar.

Hablamos de todo y pronto caímos en el asunto sexual. Entre juegos e indirectas nos ella me reto a que no la lograba excitar sin tocarla, por lo que, anuente al juego y con las hormonas al tope me propuse a demostrárselo.

Me acerqué a ella y mirándola a los ojos comencé a decirle lo que me gustaría hacerle (vale señalar...

¿Será nuestro último encuentro?

Después de dos años de aventura los sentimientos empiezan a florecer. A partir de ahora, volveré a ser la misma guarra de siempre por cabrón.

Mi hermana me llamó a las nueve de la mañana del viernes para que fuese a recoger a Iván, (mi sobrino de cinco años) y que pasara el fin de semana conmigo. Bajé y recogí al pequeñin llevándole al chalet de las afueras donde yo pensaba pasar unos días de relax.

Pasó el día más bien tranquilo, mis amigas vinieron a verme, tomamos unas cervezas y cuidamos del niño durante todo el día.

Por la mañana del sábado, mi sobrino me pidió que le llevase a la feria a comprarle algo y así lo hice. Me pus...

Postre, después de una cena de negocios

Tras una cena de profesionales, llama a su puerta del hotel y recupera el tiempo perdido en una noche de pasión.

POSTRE, DESPUÉS DE UNA CENA DE NEGOCIOS

Él llamó a su puerta muy bajito, le asustaba que su colega oyera que tocaba la puerta de ella.

Habían terminado de cenar hace escasamente media hora. El encuentro resultó agradable, entre risas y comentarios jocosos sobre clientes. Se sentaron frente a frente y, a pesar de la presencia de otros, pudieron intercambiar miradas cómplices y provocativas. Hacía tiempo que no coincidían en un evento relajado y semi ocioso como este. A pesar de ello, la atra...

Ilumina tu cara toda

Hace unas horas es nuevo día, aunque aún no amanece ni el sueño quiere hacerte visita. El calor que de costumbre es infernal, ahora está más concentrado y diabólico… te veo con las piernas semiabiertas y una mano bajo tu falda jugando a evocar el demonio del orgasmo

En la oscuridad de tu galaxia te he encontrado

Hace unas horas es nuevo día, aunque aún no amanece ni el sueño quiere hacerte visita. El calor que de costumbre es infernal, ahora está más concentrado y diabólico… te veo con las piernas semiabiertas y una mano bajo tu falda jugando a evocar el demonio del orgasmo

Tus dedos, lubricados de deseo, son diestros conocedores del arte de hacerte ir y venir. En cada suspiro te transportas a esa dimensión en que casualmente te estoy observando.

...

La gota

Muy corto... quizás demasiado.

Mis manos recorrían sus caderas, apretando carne, sintiendo el calor de su cuerpo.

Morena por vocación, húmeda por aprendizaje, caliente por ser latina. Mi boca no se separaba de sus pechos, pezones turgentes, piel tilinte de juventud.

Mi pene estaba dentro de ella, mis manos la guiaban en la danza del sexo. Abría con mis manos sus nalgas y le susurraba al oído la fantasía recurrente a nuestros encuentros: "…te gustaría que llegara otro tipo y te penetrara por detrás…" le decía.

"Que...

El pasado siempre vuelve

Un encuentro casual con un antiguo compañero de trabajo y objeto de deseo hace que la pasión se desate en el servicio de un tren.

EL PASADO SIEMPRE VUELVE

Madrugar por un viaje de trabajo siempre le alteraba un poco. Aparcó rápidamente y encontró a su colega en el andén. Tras intercambiar los saludos de rigor subieron al primer vagón. La luz era suave y el espacio entre asientos amplio. Olía a café recién hecho. Se ubicaron a la izquierda de la puerta. Colocaron los abrigos en las bandejas sobre la venta y dejaron sus maletines junto a las butacas listas para centrarse en el trabajo rápidamente. El tren dejó la estación 10...

Aun no te conozco... pero ya te deseo

Aun no te conozco... pero ya te deseo - Lydia. Ha llegado el momento de que nos conozcamos.

"A ti"

Aun recuerdo como si fuera hoy la primera vez que me escribiste, dejándome tan sorprendida… y completamente impresionada. Aunque lo pareciera, aquel no fue un correo normal, fue algo muy especial, quizás ni te acuerdes, aunque es imposible, un momento como aquel ninguno de los dos podremos olvidarlo. Me río de pensar tu ocurrencia cuando me decías que eras una especie de diablillo que había quedado hechizado con uno de mis relatos y que habías conseguido colarte en mi corazón sin que ap...

Una fiesta como todas, un momento como ninguno

Mi encuentro con una hermosa y fogosisima mujer, algo que creo no se repetira.

Mi cabeza va a estallar, la suma cotidianidad de esa plática me tiene arto. Esa fiesta se torna bastante aburrida. Lo único que me mantiene con los ánimos de permanecer ahí, y no escapar, es esa hermosa mujer de figura perfecta, cuyo cabello cae a su espalda descubierta, como invitando a cometer un suicidio. Es una diosa en la tierra, algo prohibido para cualquier mortal. Pero eso no me importa, quizá porque la bebida ha transformado mi sombría timidez en valor y sentido de aventura. No lo se, lo únic...

En la Penumbra

La más rica experiencia, cargada de amor y placer... Para ti. Deje un mensaje al final.

Besé sus labios lentamente, besé su cuerpo, en la penumbra de su cuarto. Al fondo, muy al fondo, en una esquina había una ligera y tenue luz donde admiraba su precioso rostro.

Estábamos parados, besándonos apasionadamente, sus manos recorrían mi cintura, mis senos aún estaban cubiertas por la ropa, él me apretaba a sus brazos con una fuerza que me excitaba enormemente. Me lubrique….

Caminamos unos pasos para llegar a su cama, sin dejar de besarnos, él me tocó con un amor impresionante, como...