Mi pequeña zorrita
Conocí a una mujer sumisa y me la follé todas las veces que quise en mi casa. Al día siguiente le tenía reservada una sorpresa.
Tere había pasado su primera noche como mi esclava, después de habérmela follado por todas partes y de que se tragara todo mi semen al hacerme la mamada, le dí una manta para que se quedara a dormir en el sofá. Le dije que al día siguiente tenía que despertarme con una mamada, por supuesto tenía que estar hecho el café.
Llegó el día siguiente, eran las 9 de la mañana de un soleado sábado. La agradable sensación de una mamada me despertó, efectivamente Tere estaba haciendo su acometido, estaba succiona...