La dominación de Isabel. 13
Isabel y Max.
Los dos días siguientes Isabel no recibió ninguna llamada de su amo. Como si su amo le hubiera dado descanso, ésta aprovechó para recuperarse tanto física como psicológicamente. Los rastros de golpes, moratones y otras marcas físicas desaparecieron rápidamente. Por fortuna no tenía ninguna en alguna parte visible de su anatomía que no se pudiera disimular con algo de maquillaje. La mayoría se encontraba en partes de su cuerpo que podía ocultar bajo la ropa. Más difícil podría ser ocultárselo a su marido, pe...