En manos endemoniadas 4ª parte

La primera noche me visito e hizo suya en mi propia cama

EN MANOS ENDEMONIADAS

4ª PARTE

Mientras hacia las cosas de la casa, empecé a pensar en mi otra preocupación: Pedro

Como hacer para rechazar sus requerimientos sexuales, no podía estar siempre con dolores de cabeza. Otra era la menstruación pero por un periodo de días corto. Mañana tendría que hablar con el Amo, de no dejarlo en abstinencia sexual total, yo lo quería y no merecía él que yo me negara. También tendría que pensar si llama por teléfono indicando que fuera. Como hacer para...

ESTHER (capitulo 4)

Sigo con el relato de las treinta horas

Cuando desperté, todavía dormía tranquila, inmóvil, respirando profundamente, con la cabeza apoyada en mi pecho y una pierna sobre mi. Repase mentalmente todo lo que me había ocurrido en las ultimas horas. Joder, me la habían chupado mas veces y mejor que en todo  el ultimo año, que digo ultimo año, los dos o tres últimos años. Permanecí un rato largo meditando sobre la extraña influencia que tenia sobre la mujer que placidamente dormía junto a mi. Con los sucesos de las ultimas horas, habían aflorado en mi...

El trío que desea mi amo

Mi amo llevaba tiempo deseando hacer un trío con otra mujer. Al fin se produjo, fue mucho mejor de lo que había imaginado. Su puta le comió el coño a otra mujer y se dejó sodomizar como un buena esclava.

-       ¿Dónde me llevas?

-       Ahora lo verás cariño pero hazte a la idea de que hoy no dormimos en tu casa.

-       Entonces, ¿vamos a Toledo? Porque este no es el camino.

-       Frío, frío. No seas impaciente que ya llegamos.

Aparcó entre dos coches en la calle y apagó el motor. Me miró con su sonrisa pícara y me besó dulcemente. Este beso era para despedirme de mi niña, dijo él. Entonces me besó el cuello, por encima del collar de puta que llevaba puesto, el cual hacía saber a...

El sex shop

Sexo en un sex shop, aprendiendo a ser la más zorra para mi amo

-          Vamos a ver si nos tomamos dos vinitos que nos vamos de compras.

-          ¿De compras?  ya sé por dónde vas, ya te dije que me muero de vergüenza si me metes en un sex shop.

-          Pues ¿sabes una cosa?, no sólo vamos a ir a esa tienda si no que ya he llamado antes para decir que íbamos, he quedado en llegar sobre las diez.

-          Joder, me vas a matar, ¿no tienes bastante con todo lo que hago para ti?

-          No zorra y tú tampoco vas a tener bastante. Te que...

En manos endemoniadas 1ª parte

Todo para saber que hace mi hija y con quien

EN MANOS ENDEMONIADAS

1ª PARTE

Soy una mujer de 41 años, castaña clara, ojos verdes, 1,70, cutis blanco y un cuerpo que muchas mujeres envidian. Soy de hacer mucho ejercicio físico. En mi casa mi marido había instalado cinta para caminar, bicicleta fija y varios aparatos más. Yo me hice un plan de trabajo diario y lo cumplía, de ahí mi cuerpo. Me mantenía delgada, mis piernas libres de celulitis y mi abdomen chato. Mi nombre es Andrea.

Estudiaba para abogada y me puse de novia con un...

La iniciación de María

De vacaciones con una amiga, conocemos a una pareja. Nos damos cuenta que es sumisa y mi amiga la va sometiendo para mí. Nos divertimos viendo hasta donde está dispuesta a llegar. Mi amiga disfruta forzando sus límites.

Hace un verano sofocante. Estamos de vacaciones en un complejo hotelero de unas islas. El hotel tiene playa privada y entre ésta y el complejo de edificios varias grandes piscinas de forma caprichosa, con mil y un vericuetos.

Un día al volver de la playa, vamos a una de las piscinas, nos situamos en una zona apartada. Ana lleva el bañador leonado con cremallera, alto en las caderas y dejando el culo al descubierto. Tumbados, nos estamos besando cuando descubrimos a otra pareja casi oculta por matas y...

Mis inicios lesbicos 3

Sucumbo a la joven dominante.

-¿Cómo funciona el sistema? ¿Seguro que funciona con poca luz? –Preguntó al dependiente la bella joven de ojos almendrados.

-Seguro, está garantizado. Respondió el vendedor. –El sistema consta de dos pares de cámaras gran angular con tecnología “i-nite” que permite grabar aún en noche obscura, obteniendo imágenes a todo color y con calidad 3D. Las imágenes se procesan en esta caja y son transmitidas a YouTube o a la red. Se incluyen 8 pares de micrófonos auto-direccionales que en forma automática ubic...

En manos endemoniadas 2ª parte

A punto de caer en la trampa

EN MANOS ENDEMONIADAS

2ª PARTE

Salí de casa y me encamine a esa siniestra casa. No sabia con lo que me iba a encontrar adentro y ni cuanta gente había en ella. Lo único que se es que me encamine firmemente, con paso decidido y mostrando una dureza desconocida en mi.

Llegue a la puerta de la casa y titubee para tocar el timbre de calle. Por fin pulse el mismo y salio una persona mayor para preguntarme que necesitaba y hablar con quien.

*ANDREA: quería hablar con el dueño de casa...

Silvia H (3)

Deliciosa visión...boca abajo en la cama, con las piernas abiertas, las manos cruzadas en la espalda y un culo suave, respingón, ofrecido, una tentación... no pude evitar darle un sonoro azote con mi mano que quedó marcada en rojo sobre su nalga. Su grito fue seco y breve.

Claro que tenía mis dudas de que el chavalote cumpliera y Silvia se portara con él como me gustaría pero, a decir verdad, lo que más ocupaba mi mente al volver al salón era que mi vejiga estaba a punto de reventar... ¿donde estaba el aseo?

Me enfilaba rápido por el largo pasillo que conducía al meódromo, cuando una tía se me encara

  • ¿Has visto a Silvia?

Tras la sorpresa recapitulo... sí, eéta es una de las amigas con las que compartía mesa

  • Te he visto antes con ella, ¿la h...

ESTHER (capitulo 3)

Relato de ficción donde sigo contando lo que ocurrio durante las treinta horas.

– ¿No tendrás un vibrador, seria genial? –la pregunte sin mucha convicción.

– Si, mi señor, tengo uno.

–  ¡Que sorpresa, Moncho con un vibrador! –respondí sarcástico.

– No es de el mi señor, es mío.

El vibrador abría un montón de posibilidades nuevas. Mientras hablábamos termine de atarla, mientras ella seguía frotándose con la cama. Metí mi dedos en su entrepierna y con las yemas masajee su vulva, arrancándola suspiros de placer.

– ¿Y Moncho no lo sabe?

– No mi señor el...