La esclava de Roma - Libertad
Lucrecia será liberada como sumisa por su desobediencia, pero antes deberá complacer a un grupo de gladiadores que se reúnen en una taberna, entre los cuales está César.
(Es recomendado leer antes las otras partes de la historia, para poder tener más comprensión en esta parte)
Un latigazo cayó sobre el cuerpo desnudo de Lucrecia, la cual despertó sin tardanza.
-¡Levanta, inútil!-gritó César-.Ahora eres mi sumisa, pero no tendré piedad. Levanta. ¡Ya!
Lucrecia fue bendecida por los Dioses con un desayuno espectacular, aunque no tuvo la suerte de poder sentarse en una silla. A pesar de todo seguía siendo una esclava.
-Hoy tendrás tu libertad-dijo César ...