IRENE, una mujer peculiar 4ª parte
Continuamos la historia de esta chica tan peculiar, su aprendizaje con su amo, como siempre mi correo a vuestra disposicion y esperando que sea de vuestro agrado, un saludo
IRENE
Una ciega distinta
La palma de la mano
Iban pasando los días e Irene aprendía con velocidad, logró encontrar unas pinzas que le gustaran a su amo y poco a poco acostumbró a sus pezones a soportar el dolor, cada vez soportaba más tiempo el contacto de sus pezones con las pinzas, y cada vez sentía más placer al aplicarlas, ella no entendía la causa de tanto placer, pero gozaba con ese sufrimiento, cierto díahablando con su amose lo preguntó.
- Mi amo, esta sucia perra...