Elba, sumisa, por fin sé quién soy 2
Juan Carlos empieza a entrar en la mente de Elba, moldeándola poco a poco y dándole la forma que él desea a su propiedad, atravesando su primera sesión, aun suave, de hipnosis y control mental.
Cada día bajaba al bar de enfrente de mi oficina a tomar un café y despejarme un poco y cada día la encontraba ahí, sonriendo con la cara iluminada al verme aparecer. Me pedía un café y me sentaba a la mesa y charlábamos sin parar. Pintura, fotografía, cine, literatura, cómics,… había mil temas siempre encima de la mesa. Ella me sorprendía siempre con alguna cita interesante o algún relato y por supuesto, con esa capacidad asombrosa para plasmar lo que su mente estaba imaginando en cualquier pedazo de papel...