Deseos
Despertar los deseos de la sumisa y hacerle sentir el rigor.
Estabamos acercándonos a casa sin darte tiempo a reaccionar, te pongo la mano en una pierna, y subiéndola despacio hasta llegar a tu rajita, te meto los dedos dentro.
Sin dejar de sonreír, te digo "cuando lleguemos a casa, me apetece descansar en el sofá y relajarme, te meterás en el cuarto, y te vestirás como a mi me gusta, y una vez vestida, me servirás preparándome la cena, y en todo lo que me apetezca, ¿de acuerdo?" A ti se te acelera el corazón de golpe, y a la vez notas como los dedos de...