Después de María, las vivencias de mi adolescencia
Si ya leyeron Precocidad, esta es, por decirlo de algún modo, la continuación de mi vida después de haber bebido las mieles del placer sexual.
Después de mi experiencia con María, me convertí en un adicto al sexo, y dada la libertad que me daban mis padres, vivía buscando la oportunidad de levantarme a cualquier mujer para hacerle el amor; una vez andaba con la camioneta de un tío por los lados de Santa Rosa de Anaco (en esa época y en esos pueblos, poco control había sobre los jóvenes que manejaban sin licencia), y recogí a tres mujeres que me pidieron la cola; las llevé hasta el pueblo y cuando se bajaron dos de ellas, arranqué rápido y me...