Memorias de juventud
Hubo una época en la que los excesos formaban parte de mi día a día.
Por aquel entonces yo contaba tan sólo con 23 primaveras. Fue la etapa más loca y desinhibida de mi vida. Estaba en el último año de carrera y compartía piso (y algo más) con una compañera de la facultad. Era una relación un poco extraña, en tanto que yo no era una bollera. Empezó como un juego en el que estaba abierta a experimentar cosas nuevas y probar otras delicias, por aquello de decir: “que no me lo cuente nadie”, y con ese juego me involucré en una relación en la que permanecimos todo un curso dándo...