Diarios de doña Clarita (02)
Donde se sigue con la narración del tratamiento contra la histeria de doña Clarita, y se sabe de alguna otra de sus desventuras durante su corta vida marital.
A la hora acordada, fui recibido nuevamente por el servicio y conducido en aquel caso a la sala de recibir de doña Clarita, adjunta a su dormitorio, de cuyo apartamento formaba parte a la manera de las suites de los hoteles, y esta apareció al cabo de unos minutos ataviada de amazona y con pantalones de montar en vez de falda, pues, según me dijo, venía de atender algún asunto en su finca -creo recordar que de asistir al parto de una de sus reses-, y aquello le era más cómodo y más seguro para moverse entre...