Mis experiencias con la masturbación anal (VI)
Sobre la tarde en que caminé por la ciudad con un tapón anal entre las nalgas
La anterior es la experiencia que mejor recuerdo. Quizás por ser la primera vez que metía un objeto en mi culo, porque lloré de dolor, porque mi vagina bombeaba a chorros, porque me dolía sentarme a lo largo de casi una semana. Fue algo increíble y, a pesar del dolor que pronto fue puro placer, es la aventura más memorable que he tenido conmigo misma.
Deseosa de dar el siguiente paso, seguí jugando con el recipiente de desodorante por un tiempo. Entre cada masturbación pasaban dos o tres días cuando muc...