Mis experiencias con la masturbación anal (VI)

Sobre la tarde en que caminé por la ciudad con un tapón anal entre las nalgas

La anterior es la experiencia que mejor recuerdo. Quizás por ser la primera vez que metía un objeto en mi culo, porque lloré de dolor, porque mi vagina bombeaba a chorros, porque me dolía sentarme a lo largo de casi una semana. Fue algo increíble y, a pesar del dolor que pronto fue puro placer, es la aventura más memorable que he tenido conmigo misma.

Deseosa de dar el siguiente paso, seguí jugando con el recipiente de desodorante por un tiempo. Entre cada masturbación pasaban dos o tres días cuando muc...

Los gemidos de las lesbianas 8. Cena y baile

Salgo a cenar y a bailar, con Marta y Laura porque ellas me lo han pedido; por mi nos hubiéramos quedado en casa para intentar normalizar una relación de tres, que ellas me han obligado a tener...pero es cierto que lo estamos normalizando más en la calle.

Los gemidos de las lesbianas

Capítulo 8. Cena y baile

Una vez he terminado de pajearme en la ducha, mientras ellas follaban en la ducha; me arreglo un poco nervioso, jamás he estado con dos mujeres a la vez y aún menos con lesbianas.

Ella son novias, yo soy un tipo chantajeado que han decidido incluir en sus prácticas; no sé si sentirme afortunado por estar cumpliendo un sueño o desgraciado, porque todo esto en un solo click puede convertirse en una pesadilla.

No tengo nada en...

Reclamando mi placer

Descubriendo el sexo anal.

He decidido dedicarme la tarde, pero estoy indeciso. Repaso mi pequeña colección de tres juguetes anales intentando decidir por cuál empezar. ¿Quién me ha visto y quién me ve?  Si hace unos años me hubieran dicho que acabaría comprándome dildos para la puerta trasera seguramente me hubiera reído. Simplemente no entraba dentro de mi educación clásica de hombre hetero de los ochenta. Menos mal que me pudo la curiosidad de ver que tal sabía esa fruta prohibida para los machotes.

Quizá empiece calentando...

Mis experiencias con la masturbación anal (V)

Me pone el corazón a reventar tumbarme, acariciar y penetrar mi cuerpo mientras veo lo que pasa en un espejo. Adoro ver mi ano dilatado, suave y húmedo recibiendo lo que elijo para satisfacerlo.

Estaba desesperada, me di cuenta de que me estaba convirtiendo en una enferma, una desquiciada, no puede ser normal que una chica  se masturbe el ano insaciablemente. Sí, seguramente era una enferma, pero no me importaba, de hecho aún no me importa.

Mis senos eran unas protuberancias preciosas de piel tersa y clara que rebotaban un poco cuando daba pequeños brincos frente al espejo, mis pezones eran pequeños y se ponían duros cuando me rozaba la vagina al bañarme, mis labios eran carnosos y muy provoc...

Mi pequeño amigo

Hoy os voy a contar como me excite mientras hacía deporte...

Hoy he decidido salir a hacer deporte por la tarde, he salido en bici y cuando la uso nunca llevo bragas, pues bien he estado todo el rato notando como me rozaba el sillín en mi coño. Notaba como a cada pedalada mi coñito se mojaba más y más...

Ha llegado un punto que no podía soportarlo más y he venido a casa, cuando he llegado lo primero que he hecho ha sido desnudarme entera, buscar mi juguete favorito y tumbarme en la camita...

Tengo un vibrador, es plateado, no demasiado grueso pero con ond...

Mis experiencias con la masturbación anal (IV)

Sobre lo que pasó un año después de haber metido por mi culo tres de mis dedos

Empecé a estudiar en la mañana y mi padre se fue, cosa que nos afectó muchísimo a mi madre y a mí, pero la vida de nosotras seguía y había muchas cosas por meter en mi culo hambriento. Debido a la ausencia de mi padre, mamá casi nunca estaba en casa porque debía hacer muchas diligencias, papeleo, seguro médico, divorcio, etc. Pasé un año haciendo lo mismo, es decir, metiéndome tres dedos hasta gemir de lascivia. Un año puede parecer mucho tiempo haciendo lo mismo sin transgredir los límites, sin embargo, el...

Masturbación frente al espejo

¿Quién pensaría que mirarte mientras te masturbas sería tan candente?

Hubo un verano, donde mi familia decidió irse a una zona costera debido a que nosotros vivimos en ciudad. Alquilaron un piso cerca de la playa para un mes. Un día, mis padres decidieron irse a la playa, yo me negué y ellos se fueron.

Me quedé sola y me fui al cuarto donde dormía el cual tenía dos espejos en las puertas de los armarios. Solo me miré en el espejo y empecé a mover mi cadera de forma lenta y sensual frente el espejo, sentí un cierto cosquilleo en el coño. Levanté mi falda para empezar a p...

Mis experiencias con la masturbación anal (III)

Sé que son relatos cortos. Lo hago así porque son muchas experiencias y la cuarentena me permite, casi me obliga a joderme el ano y escribir a diario, por lo que, mientras la plataforma me lo permmita, habrá un relato nuevo cada día.

Luego de hallar tan hermoso video tutorial puse en práctica lo que decían las guías. Mi madre guardaba un recipiente inmenso de vaselina que usaba para hidratar sus labios y no he querido pensar si la usaba para algo más. Lo encontré sin trabajo, en mi habitación, me metí bajo mi edredón, me puse de lado como la chica del video, levanté mi falda, bajé mis bragas, saqué un poco de vaselina con mis dedos y empecé a masajear mi ano suavemente con la respiración a millón por hora, el cuerpo sudoroso de calor po...

Mis experiencias con la masturbación anal (II)

Segundo relato de mi serie. En este cuento cómo la curiosidad y el morbo me llevaron ir un poco más allá de solo tocar la piel de mi ano.

Pasaron unos 5 años durante los cuales aprendí a conocer un poco más mi cuerpo, me interesé por la educación sexual en la escuela y comprendí muchas cosas acerca de la imagen que pude observar en la televisión aquella noche mientras mamá iba por café. No sobra decir que aprendí mucho sobre erotismo buscando videos en la web en distintos cafés internet cerca del barrio en donde vivía y acariciando mi vagina, acariciando mis pequeñísimos senos, incluso empecé a sentir una atracción mayor por los chicos, aquel...

Mis experiencias con la masturbación anal (I)

Una serie de relatos en los que cuento cómo empecé a jugar con mi ano, por qué y cómo lo he venido haciendo todos estos años.

Todo empezó siendo muy niña. Tengo 26 años y en este momento tengo un buttplug metido en el culo, me encuentro sentada en una silla y me gusta mover mi cola a un lado y al otro para sentirlo moverse dentro de mí. Solo hace falta un poquito de osadía para descubrir uno de los placeres más deliciosos que puedes encontrar en tu cuerpo.

Me hallaba en la habitación de mi madre viendo televisión con ella. Estudiaba en la tarde, así que solía desvelarme un poco con ella en su habitación. Eran las 11 y 3...