¿Por el culo?
Una pequeña historia incestuosa
—¿Por el culo?
—Si… Venga, hazlo.
—Va.
No me lo pensé ni un instante. Apoyé el glande en su maravilloso asterisco y comencé a empujar. Mi rabo, perfectamente lubricado (acababa de follarle el coñito y estaba empapada) la penetró sin demasiada resistencia. Se le escapó un gemido de placer y acto seguido, forzó un pequeño grito de dolor. ¿Y decía qué yo iba a ser el primero en entrar por ahí? Una mierda. Ese ojete ya tenía kilómetros encima, pero como nunca he sido de esos gilipollas que hac...