Olga, una madre coraje 2

Olga comienza una relación adúltera con su hijo en el pequeño piso familiar, a espaldas del pobre Elías. Pero las cosas se van complicando

Olga, una madre coraje 2

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A Olga le pasó como a todo el mundo y acostumbrarse a lo bueno no le costó demasiado. Pasar de las pajas a los polvos y las mamadas con su hijo fue relativamente rápido y la excusa del chantaje pasó a ser irrelevante. Estaba adentrándose, a toda velocidad, en un mundo de placer que no había conocido antes.

Así que aquel ritmo de folladas con Adrián, unidas a los polvos con Rafa, descubriendo goces que no había conocido nunca, como el sexo anal o las mamadas (sí,...

Hermana y sola en la vida

La infidelidad de un marido lleva a una mujer a pedir ayuda a su hermano

Rosa entró muy agitada en mi casa. Eran las 3 de la tarde y venía hecha una furia.

-¿Qué te pasa hermanita? Estás que muerdes ¿Que ha pasado, por qué ese cabreo monumental?

-¡Me cago en tu cuñado, en su familia y en todo lo que le rodea! ¡El cabrón me la está pegando con otra. Será hijoputa!

Se sentó violentamente en el butacón grande del salón mientras se desahogaba medio gritando medio llorando.

-A ver, hermana, serénate y cuéntame que ha pasado.

-Ha pasado que Isidro está li...

Me convierto en la mujer de mi padre Parte IV

Como sigue la historia

Hola a todos y todas, hoy os contaré mi cuarto relato: soy una mujer de 45 años, casada, con 2 preciosas hijas, soy una mujer la verdad normalita, aunque me gusta cuidarme, soy de cabello castaño claro y lacio, piel blanquita, ojos miel, mido 1.68cm y peso 69kg.

Hoy quiero contaros cómo sigue:

Estaba tumbada en la cama, con el semen de mi papá en mis entrañas mezclándose con mi jugo pero me tuve que levantar pues la llamada de la naturaleza no podía esperar. Fui al baño y me senté en la taza p...

El Extraño Caso de Mr. Buttom (2)

Joe tomó entonces la lámpara de gas y condujo a Ros con su bebé en brazos por las viejas escaleras hacia...

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Una vez dentro Ros contempló un tanto horrorizada las paredes de madera. Estas estaban cubiertas de trofeos, ciervos, ¡y hasta una cabeza de oso! Los animales adornaban las paredes madera de la cabaña, pero le daban un aspecto un tanto tétrico al contemplar sus vivos ojos de cristal, que les hacían parecer estar vivos aún, sin duda fruto de un avezado taxidermista.

Estos proyectaban sombras espectrales en las paredes de las que colgaban, iluminados por la luz de una chimenea de leña que ardí...

El Extraño Caso de Mr. Buttom (3)

Ros aprovechó para cambiar de pecho a Pay, momento en el que Joe no pudo evitar...

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Aquella noche durmió plácidamente, en un sueño reparador que necesitaba con ansias, aunque Pay la despertó para su toma nocturna, el hecho de tenerlo en su propia cama facilitó que le alimentara y que ambos pudiesen seguir durmiendo bien calentitos hasta bien entrada la mañana…

El sol ya se colaba por las rendijas cuando Ros se despertó. Como de costumbre hizo un pis extra en la escupidera bajo la cama y se vistió rápidamente poniéndose todas las capas que pudo, ¡qué frio que hacía en aquell...

A nadie le gusta que lo engañen 43.

Sigue la historia. Yo llevé a Ada al dormitorio, estaba re caliente, parece que Ada también, estuvimos como dos horas cogiendo, 69, vaginal, anal, cubana, acabé dos veces, Ada cuatro, se quedó dormida.

A nadie le gusta que lo engañen 43.

Le hice señas a Marcela para que se arrimara, nos abrazó, bailábamos de a tres, las fui empujando para el dormitorio, le empezamos a sacar la ropa a Susy, Marcela le acariciaba las tetas por sobre la ropa, se las mordía, Susana gemía, Marcela les tomó las manos a Susana y le las puso sobre sus tetas y ahí empezó a desatarse nuestra querida vecina, también le comía las tetas, se sorprendió cuando chupó leche, no le desagradó para nada, la besaba con desesperació...

El secreto de tía Laura (rebuild), capítulo 2

Luis está indeciso sobre cómo utilizar el secreto de su tía.

Domingo 25 de febrero del 2018

Ya cuando volvió a la pileta la miré con otros ojos. Ahora no cabían dudas, la chica de veintiséis años que decía ser mi tía, era la misma que, en una página de escorts vips, se hacía llamar jade. Laura era una puta, su tatuaje la condenaba, ¡vaya descubrimiento diario!

— ¿Pasa algo? —me preguntó, seguramente porque mi cara me delataba.

— No, nada. Es que tu cuerpo es muy llamativo —expliqué, diciendo la primera imbecilidad que se me cruzó por la cabeza....

El vagabundo (8)

Después del patinazo con Gero intenté disculparme, escogí mal momento porque el clima nos puso a prueba, pero eso facilitó una serie de confidencias inesperadas.

Nunca había estado una noche en vela, estaba abrumado por lo que pasó en casa de Gero, no se me iba de la cabeza el apuro que pasé por haber confundido a aquel muchacho y no haberme dado cuenta de que realmente  era una chica, estuve repasando mentalmente cualquier detalle que me exculpara, lo cierto es que ella no me dio ninguna pista al respecto de su feminidad, era todo lo contrario de la imagen que tenía de una chica, era talmente como su padre, en la forma de vestir, de andar, de sentarse, lo único si...

¡Por el culo no, papá, por el culo no!

A ver, a ver, que me entere yo. Mi padre, un hombre católico romano apostólico, temeroso de Dios... ¿Quiere cometer un incesto?

Eran otros tiempos, era otro modo de vida, era que se era una muchacha que se llamaba Engracia a la que su padre metiera en un internado de monjas porque era lesbiana.

Voy a ponerme en la piel de la muchacha, una muchacha rubia, de ojos verdes y con un cuerpo cómo la Venus de Urbino, sí, la diosa que pintó Tiziano.

Todo tiene un principio y un final, y yo voy a empezar y acabar por el final.

Estaba sentada en el banco de los acusados y el juez me preguntó:

-¿Tiene algo que decir en s...

Olga, una madre coraje 1

Olga y Elías una pareja de emigrantes rumanos que trata de abrirse camino en España ve como su mundo se tambalea tras un accidente de Elías y la pérdida de su empleo. Para complicar las cosas su hijo, recién cumplidos los 18 años, acaba de llegar al pequeño piso familiar.

Olga, una madre coraje 1

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Olga de 42 años e Ilia, al que todos llamaban Elías, de 55, habían salido de Rumanía hacía diez años en busca de una vida mejor. Un clásico. Habían dejado atrás a Adrián, su hijo que acababa de cumplir los ocho años a cargo de una de sus abuelas, la madre de Elías.

Inicialmente las cosas les fueron como una seda. Elías, albañil, consiguió trabajo  en la construcción y Olga se dedicaba al servicio doméstico en una casa de la zona alta de la ciudad. Era la casa de...