La Madrastra (5)
Esta vez no hubo resistencia, ella simplemente lo hizo...
Imperiosa necesidad…
Al volver del instituto la pillé cocinando. Entré y sin dar muchas explicaciones le hice una impactante petición.
—¡Vamos Beyda, desnúdate! —le ordené de repente.
—¿Cómo dices? —preguntó extrañada.
—¡Qué te desnudes, quiero verte desnuda! ¡Obedece o se lo contaré todo a mi padre!
Beyda quedó petrificada, mi amenaza de nuevo tuvo ese efecto. Intentó resistirse pero volví a ordenárselo y su resistencia fue vencida. Allí mismo en la cocina se abrió el vestid...