Mi abuelito me enseñó a amar mi culito
Querida nietecita, tenemos que probar algo distinto, pues yo no quiero...
¡Ah, esos abuelos entrañables! Yo nunca estube tan unida a mi abuela como a mi abuelo. Me llevaba a pescar desde niña, me compraba chuches y dábamos largos paseos por el bosque, donde me enseñaba cosas de la naturaleza.
Recuerdo una tarde en la que los ciervos estaban en celo y no paraban de berrear en el bosque. Todo se llenaba de sonidos del amor y él me contaba el porqué de sus lamentos.
Me decía que a diferencia del hombre, que está permanentemente en celo. Los ciervos sólo lo están en u...