La presa II (La cazadora XI)

Diana sigue su calvario a manos de sus secuestradores y conoce al hombre culpable de todo. Éste le revelará ciertas particularidades de sus poderes que no sabía.

No sabía cuanto tiempo había pasado, podían haber sido minutos, horas, días o años. Lo único que tenía claro en su mente era el dolor.

Sus pezones ardían como pequeñas brasas adheridas a su pecho, cada ligero movimiento hacía que las pinzas le produjesen un insufrible dolor en la zona.

La postura tampoco ayudaba, tenía las piernas estiradas y abiertas, en una postura cansada y exigente. La lefa que llenaba su coño y sus muslos se había secado, provocando que su sexo estuviese irritado. Tenía ham...

La presa I (La cazadora X)

Tamiko no tiene ni idea de donde está Diana, para tranquilizarla aún más, ha recibido una preocupante nota, aunque cree saber perfectamente quién se la ha enviado... El mismo que está detrás de todo.

Tamiko se encontraba en su despacho, trabajando con el aburrido papeleo del negocio.  Últimamente eso se llevaba la mayor parte de su tiempo, más específicamente desde que Diana trabajaba con ella. Se había destapado cómo una estupenda cazadora y cada vez tenían más carne fresca en el burdel. Tamiko sabía que gracias a que se hizo con el control de su vecina tuvo acceso fácil a la Universidad, lo que se traduce en una fuente inagotable de jovencitas así como de nuevos clientes. Incluso estaba barajando la p...

Mi madre y el negro I: Descubrimiento

Alicia está de resaca en casa, y encima tiene que aguantar al imbécil de Frank. Nunca le ha soportado, no sabe por que su madre le aguanta...

Alicia bajó a desayunar harta de oír a su madre.

  • Ya es hora de despertarse, ¿No crees? - Le dijo ésta cuando llegó a la cocina.

Alicia se llevó la mano a la cabeza, la noche anterior había sido muy dura y tenía una resaca de caballo, lo último que necesitaba oír eran los sermones de su madre. Se sentó al lado de su hermana y comenzó a marear los cereales con la cuchara.

  • ¿Demasiada fiesta ayer? - La chinchaba Claudia, en voz baja, para que su madre no la oyera - ¿O también te sentó mal...

Paula e Ivette: Los extremos de la personalidad II

Paula necesita descansar, pero no tiene dinero para ir a ningún lado. Mientras, sigue recordando como puso su cuerpo y alma al servicio de Ivette. ¿Conseguirá alejarse de su pasado?

Necesitaba descansar, además, se estaba haciendo de día y prefería caminar al amparo de la noche. Dio un par de vueltas por las calles hasta que encontró una pequeña pensión de mala muerte, no llevaba un duro encima, pero no creía que eso fuese a ser un problema.

  • Buenas noches. - Saludó al recepcionista.

Éste, un hombre viejo y gordo, medio calvo y que daba la impresión  de no haberse lavado en un mes, miró a Paula de arriba a abajo, devorando la con la mirada. Hace tiempo eso habría despertad...

Paula e Ivette: Los extremos de la personalidad I

Paula había huído. Es cierto que ella había elegido ese tipo de vida, había elegido ser esclava por ella... Pero ya se había terminado. Quería romper con su pasado costase lo que costase.

Paula dejó de correr e intentó tomar aire. La oscuridad de la noche la envolvía, rota tan solo por algunas farolas bastante separadas unas de otras, que creaban oasis de luz en la solitaria calle en la que se encontraba.

Por lo menos no hacia frío. La escueta ropa que llevaba no habría podido resguardarla en ese caso, pero para su alivio era una cálida noche de verano. ¿Agosto? No estaba segura. Lo importante era que había conseguido escapar.

Miró hacia atrás nerviosa, creía haber escuchado un r...

Por ayudar a un amigo

La periodista Ana Castor recibe la asustada llamada de su amigo Lorenzo. Preocupada, acude en su ayuda, sin saber que se está metiendo en una situación que la superará y cambiará su vida para siempre.

No era una situación corriente y eso la tenía intranquila. Su amigo Lorenzo la había llamado asustado y nervioso, pidiendo verla en un lugar y a una hora a la que nadie pudiese verlos. Le temblaba la voz, pero no quiso decirla nada más por teléfono, decía que podían estar escuchando...

Y allí estaba Ana Castor, aparcando su coche en un descampado en las afueras de la ciudad, esperando. Hacia bastante frío y le molestó haber llegado antes que Lorenzo, pero no tardó mucho más, en unos minutos su coche a...

La cazadora IX

Diana está trabajando para aumentar las trabajadoras del club. Mientras tanto, se ocupa de un pequeño encargo solicitado por Marcelo, una mujer madura que no tardará en caer en sus garras.

Elisa llegó a su casa a toda velocidad, dejó sobre la mesa una carpeta que traía y fue directamente a cambiarse a su habitación.

Ya llevaba un par de semanas sirviendo en casa de su vecina y nunca había sido tan feliz. Pasaba el tiempo en la universidad deseando que llegara el momento de llegar al casa y ponerse el uniforme. Se puso unas braguitas de encaje blanco (ahora su colección era mucho más completa) con el culo al aire, al igual que las primeras que había tenido y, inclinándose sobre la cama,...

La cazadora VIII

Elisa está estudiando en su casa, pero se encuentra nerviosa, está esperando un paquete que ni siquera es para ella. Su vecina, esa extraña mujer que acaba de llegar al edificio, le había pedido que lo recogiera por ella. ¿Qué contendrá el paquete?

Ding Dong.

Por fin. Seguramente sería el paquete que estaba esperando.

Elisa se dirigió rauda a atender al timbre y al abrir allí estaba el mensajero con el paquete.

"Menos mal" Pensó Elisa. "Ya creía que no iba a llegar nunca"

Firmó la orden de entrega, dio una pequeña propina al mensajero y fue al salón a dejar el paquete.

Llevaba toda la mañana nerviosa, esperando. Lo más raro es que no sabía muy bien por qué... El paquete ni siquiera era para ella...

Pero ya había lle...

La cazadora VII

Diana hace una pequeña visita al 7pk2 y se encuentra con alguien que buscaba conocerla.

Su vida había cambiado. Todo giraba ahora en torno al esas cuatro paredes, casi no salía pero, en verdad, tampoco deseaba salir.

No sabia realmente como había sucedido todo, pero si sabia que había sido gracias a ella. Ahora era libre. No tenía preocupaciones y lo único que tenia que hacer era algo que deseaba enormemente, así que no suponía ningún tipo de esfuerzo.

Desde que abandonó su antigua vida, Alicia era feliz. Su nueva jefa era un encanto y se preocupaba por su bienestar. Le había dado...

La cazadora VI

Su ex-mujer, el cabrón que se la folla y su pequeña asistenta. Todos entran en los juegos de la cazadora y verán sus vidas alteradas drásticamente.

Ding Dong.

Llegaba tarde. Había quedado en llegar hacía una hora. A Alicia no le gustaba que nadie la hiciese esperar. Mandó rauda a la asistenta para que abriese la puerta e hiciera pasar a su instructora, esperaba que tuviese una buena excusa para llegar tarde.

La asistenta entró a la sala de estar y, haciendo una ligera reverencia presentó a su acompañante.

  • La señorita Diana Querol ha llegado, señora.

  • Esta bien, Lissy, puedes retirarte.

Lissy era una jovencita de color q...