Paula, yegua salvaje

La morbosa y excitante Paula se convierte en una yegua salvaje que un sorprendido usuario de una sección de contactos de internet, debe domar usando métodos caseros.

Yo siempre había sido algo escéptico respecto a las secciones de contactos, a mis 36 años nunca había usado una, a pesar del morbo que me daban. Pero una mañana con poco trabajo, navegando por Internet eché una ojeada a una página de contactos, y uno de ellos llamó mi atención: "mujer madura busca hombre mayor de 30 para compartir experiencias nuevas", firmaba yegua salvaje. ¿Por qué no contestar? Quizá nadie respondiera, pero por probar. Así que mandé un breve mensaje a yegua salvaje: "hombre entre 3...

Amar en otoño

Una tarde de amor de otoño en versos de rima libre.

Magia de sedosa luz dorada

por la danza de llamas del hogar

que amables tiñen de intimidad

el color de la tarde de otoño;

el espíritu de la madera en la calle

almizcla de humo el aire gélido

mientras dentro, en nuestro mundo,

el olor de tu pelo llama mi pasión;

las estrellas empiezan a brillar

rabiosas tras el cielo de cristal,

amanece tu mirada en un deseo

que ansío mil veces desbordar;

como el primer viento de octubre

comienza a...

Juego de poder

Un hombre maduro en la cima de su éxito profesional, cae atrapado por los encantos de una dominante y atractiva dama.

El teléfono vibró en mi bolsillo y sentí una sensación extraña en el estómago. Por un lado necesitaba su llamada, pero por otro quería que no fuera ella. Como el vértigo que produce el vacío a nuestros pies, cuando nuestra mente oscila entre el deseo del vuelo y el miedo de caer. Un sentimiento mezclado de atracción y repulsión  como el que a veces,  provocan algunas personas. Mi mano sacó el móvil, era ella, como imaginaba. Las letras la identificaban en la pantalla: "TU DUEÑA". Había grabado así su...

Ofrenda a la diosa de mi boca

Oda, en 22 tercetos, dedicada al sexo oral como sagrada ofrenda.

La diosa accede a mis deseo vehemente/ abriendo el tesoro de su cuerpo palpable/ su ser desnudo como un gran altar blanco,

mi ambición mortal se envuelve de calma/ ante su accesible oferta de piel tumbada/ cien curvas de piel con olor de ámbar,

impacientes mis labios profanan sus cabellos/ explorando los rincones de su rostro/ hasta posarse en sus rojos silenciosos,

como alas de mariposa entre niebla procaz/ desvelan todos los misterios que tiene dentro/ bebiendo su licor placenter...

Voyeur electrónico

Preocupado por su falta de erección, un hombre acude a una clínica especializada. Esperando solo, en la zona de recepción, descubre el monitor de una cámara de vigilancia. Sorprendido se da cuenta de que goza de una perfecta visión del vestuario en el que una mujer se ducha.

Siempre he sido un golfo, el más golfo de mi pueblo. No sería muy grave si no fuera porque mi pueblo se llama Madrid y tiene unos 4 millones de habitantes censados; a los que hay que sumar la población flotante, trabajadores, turistas y habitantes no censados. El sector femenino de la población siempre gozó de mis atenciones, deseoso de dar una buena imagen de la ciudad, tanto a nativas como a foráneas.

En primavera y verano, la eclosión de piel generosamente enseñada por las mujeres, es mi perd...

El fruto prohibido

Algo tan sencillo como hacer la compra en la frutería, encenderá la pasión de Julia. Aprovechando la ausencia de su marido se entregará a los brazos de un desconocido que lograra sorprenderla.

Como suelo hacer casi todos lo miércoles por la tarde, me dirigí a la frutería cercana a mi casa. No soy vegetariana, pero me gustan mucho las frutas y la verdura. Disfruto ese tipo de comida con todos los sentidos. Me encanta el aroma de las manzanas, me deleito con del tacto de un buen gajo de naranja deshaciéndose en mi boca, me vuelve loca el sabor de las fresas maduras, adoro el sonido de una lechuga crujiente, y me gusta ver en mi cocina un frutero repleto de colores. Soy una persona sensual, qu...

Bajada al infierno, regreso al paraíso

Última entrega de una pequeña serie, en la que secuestrada un día que ya casi no recuerda, María, una mujer normal, está en manos de extrañas personas. Es torturada, humillada, violada y degradada en extraños ritos. Cuando cree que ya nada puede empeorar. Es separada de sus compañeros de esclavitud, quedando en manos de una sádica joven que la descubre nuevos significados del dolor y el placer, en una extraña relación.

María fue encadenada, y sus ojos tapados. Esta vez no la llevaron a su celda habitual, la obligaron a bajar cuatro tramos de escaleras, por lo que dedujo que debía estar en un sótano. Sujetaron sus brazos a la pared, por lo que la posición más cómoda que podía adoptar era sentada, la abandonaron cerrando una chirriante puerta. La pared era de piedra y estaba fría, como la estancia que olía a humedad. Su boca estaba seca y sentía en su estómago punzadas de hambre, tenía carne de gallina y los pezones d...

Pasión mojada

Poema en verso libre, sobre el sexo como pasión.

La aparente calma se rompe con el golpe de los latidos buscando salida en los labios,

el ansia de guardar ese momento llena el pecho de un aliento par hecho de suspiros raudos,

los brazos quieren abarcar el cálido horizonte del mundo contenido en dos cuerpos,

la piel hambrienta de piel con sus manos corsarias despliega la sincera desnudez,

las bocas impacientes de sabor exploran todos los rincones rescatando los besos enredados,

en el cielo revuelto del deseo se agolpan nu...

El purgatorio

María ha sido raptada por extrañas personas. Minuciosamente preparada participa como víctima en una ceremonia sadomasoquista en la que es castigada, y mancillado su cuerpo por los asistentes. Tras un breve descanso el ritual sigue con alarmantes signos....

En esta ocasión no hubo pomada, duchas, comida o siquiera agua. María se adormiló, sin caer en un sueño profundo, hasta que de nuevo fue llevada al escenario del macabro ceremonial, estaba agotada. En esta ocasión los cuatro esclavos fueron sujetos al mismo madero del centro de la sala; el pecho pegado al madero, brazos sujetos por encima de la cabeza y los tobillos de todos unidos con una cadena. María sentía el contacto de su piel con los cuerpos desnudos de sus compañeros y eso la excitaba. Cuando...

El siniestro espectáculo

En secuestro sin rescate, María ha sido secuestrada por extrañas personas. Desnudada, totalmente rapada y encadenada por una sádica mujer, no sabe que la espera cuando después de dormir la conducen con los ojos vendados a un lugar donde es atada a un madero.

La despertó algo duro clavándose en sus riñones. María no sabía bien donde estaba, pero pronto recordó, todos los extraños sucesos no eran una pesadilla. Estaba secuestrada y su sádica guardiana la despertaba gritando: Venga, levanta, ya ha llegado la hora de tu debut. Primero te pondrás un poco más presentable.

La llevó a un baño en el que había duchas, la desencadeno y quitó las argollas; la dejo a solas. Pudo sentarse en un inodoro, lavarse los dientes, darse una ducha con agua caliente, usar...