La línea del vampiro. 7. Caída libre.
Ese mismo suspiro de antes se quedó a la mitad en cuanto un dulce aliento acariciaba mi nuca. Me sobresalté en cuanto sus ojos azules se fijaron en los míos. Intenté recuperar la compostura de mujer fría y distante.
Había caído totalmente en su juego.
¿Qué hacía aquí otra vez? ¿Le estaba buscando? “Buff”, lo único que podía decir con cierta lógica. Y aquí estoy: en el mismo sitio, con la misma copa y con un conjunto de ropa igual de rompedor que el de anoche.
Había vuelto a ese lugar predilecto en mi línea de opciones sin querer, y cuando quise darme cuenta, ya había pedido una tercera copa, pero diferente esta vez.
Esta vez la música no lograba distraerme, en absoluto. Inútil, burdo, banal.
Y c...