Todo queda en familia
Durante unas vacaciones, sucedió algo que llevaba mucho tiempo esperando.
Como todos los veranos, mis padres y yo, fuimos a pasar unos días al pueblo de mis abuelos. Era un sitio pequeño, pero muy acogedor y a las afueras del pueblo había un río, que era la piscina de todos en verano.
Cuando llegamos, saludamos a mis abuelos, después bajamos las cosas del coche y entramos en casa: mientras que mis padres charlaban con mis abuelos, yo me fui a dar una ducha fría, era verano y en aquel sitio hacia mucho calor. Salí de la ducha, me sequé el pelo y me vestí: camiseta de ti...