El Orfanato VII
Robó de mi lo último que guardaba de rencor para dejarlo en la puerta del olvido y tocar el timbre con insistencia y así sacar cualquier resquicio de él de mi inconsciente.
Roma:
Su lengua me abrigaba como lo imagin
é
cada noche cuando un escalofrío me inundaba aun en la compañía de otro cuerpo, sus manos me hacía
n
s
u
ya con una confianza a la que mi cuerpo no estaba acostumbrada, pero su sabiduría me lleno de temor y celos, la alej
é
por la poca costumbre a que me sometieran, y vi a Luna, ella y su mirada de reproche nos habían visto, me alej
é
lo suficiente como para pasar desapercibida cuando Max entro a la habitación.
...