Sueños hechos realidad
Estaba como hipnotizado mirándola, hasta que de repente me corrí. Tan absorto me había quedado mirando que no me había preparado para recoger la corrida, y esta salió disparada directamente a la puerta tras la que me escondía
La fantástica experiencia que tuve con Rosa (contada en mi relato anterior “Rosa, rosae”) había cambiado mi forma de ver las cosas en cuanto a mis relaciones con las chicas. No es que ahora de repente me hubiese convertido en un Don Juan, o que ahora ya me atreviese a intentar enrollarme con cualquier chica, pero saber que había sido capaz de tener sexo con la profesora más deseada del Instituto me hacía sentir una seguridad en mí mismo que desde luego antes no tenía. La verdad es que de momento, el cam...