500cc

Pero quien cojones te crees que eres gilipollas. Acaso piensas que soy una puta a la que puedes chulear. Aqui la unica puta que hay eres tu. Un chapero de mierda que se deja manosear por dinero. Hoy vas a ser mio quieras o no. Ya tienes la puta moto así que cumple con tu palabra.

Continuación de mi relato Motero de la saga iniciada con Bultaco

La noche, de aquel dia que me había follado al minero, estaba en mi cama recordando la experiencia. Como me dijera Raúl era como echar un polvo a una tía. Verdad sea dicha gocé más que cuando montaba a alguna novieta primeriza en esas lides. Al fin y a la postre un agujero es un agujero.

No había sido tan terrible como pensaba. Le empecé entonces a dar vueltas a la proposición que me había hecho en la cama tras follarmelo. Me...

Motero

Pasaron los meses y ya casi tenía ahorrado la mitad del dinero para comprarme la Bultaco Lobito. Durante ese tiempo a base de chupar y ser chupado , de masturbar y ser masturbado le había sacado una buena pasta al minero.

Continuación de mis relatos Bultaco y Lobito.

Pasaron los meses y ya casi tenía ahorrado la mitad del dinero para comprarme la Bultaco Lobito. Durante ese tiempo a base de chupar y ser chupado , de masturbar y ser masturbado le había sacado una buena pasta al minero.

Nuestros encuentros se producían en cualquier lugar. En los baños del cine, debajo del viejo puente, en nuestras excursiones al monte, escondidos en la oscuridad de algún portal y en muchos otros lugares recónditos.

...

Lobito

Su mano poco a poco se fue introduciendo por la amplia pernera del pantaloncillo hasta llegar a tocar la goma de mi calzoncillo. Luego sus dedos se introdujeron por debajo.

Continuación de mi relato Bultaco.

La verdad que no había sido para tanto, meditaba tendido en mi cama. Una manera fácil y por qué no decirlo placentera de ganarme unos pavos. Me habían hecho una paja y además quinientas pelas engrosaban ahora mi hucha. Empecé a calcular el número de pajas que me tendría que dejar hacer para alcanzar la suma necesaria para la compra de la moto.

  • Joder me va quedar el rabo seco- exclamé en voz alta.

Pero luego, pensandolo friamente, llegue a la conclusión...

Bultaco

Esa noche no podía dormir recordando lo que mi amigo me había relatado e imaginando la mano de aquel hombre cogiéndome la verga me estremecía. Cuando el sueño me venció las pesadillas se repitieron y la imagen de aquel hombre magreándome me hacía despertar sobresaltado.

Cada vez que salía del instituto pasaba delante del garaje Daytona y me recreaba con las motos que exhibía en su escaparate. Aquella mañana me acompañaba un compañero de clase y emocionados hablamos de las bondades de las motos expuestas.

  • Joder pues yo ya me conformo con la Puch - le decía a Ramiro mi compañero.
  • Ya pero donde esté la Montesa que se quite la Puch. Tiene mucho más potencia y además se puede trucar y la pones en 125 por cuatro duros - se reafirmaba.
  • Puestos a pedir, la Bultaco. ¡Jod...

Buscando al Burro desesperadamente

El Burro me apartó la mano, mas yo tenaz volví al ataque. Ahora fui de frente a por su paquete y le empecé a frotar la polla a través de los calzoncillos . El Burro levantó una mano con la intención de abofetearme. Nos quedamos mirándonos a los ojos. Yo sin arredrarme, le agarré con fuerza la verga a través de la tela.

Continuación de mi relato

“Aprendiz”

Durante esa semana el Burro se hizo el escurridizo. Se apartaba de mí a pesar de que yo procuraba acercarme a él cada vez que tenía ocasión. Pero al verme me miraba con cara de asco y se escabullía raudo. Su actitud displicente me hería profundamente pero a la vez incrementaba en mi el deseo. Desde la mamada que le había hecho en el oscuro cuartucho su enorme verga ocupa todos mis pensamientos tanto de día co...

Aprendiz

Solía vestir unos holgados pantalones azules, viejos y manchados, y una apretada camiseta de tirantes que había sido blanca, pero que el sudor y el polvo de la obra había amarilleado hasta tomar un tono casi ocre. Por donde la tela no le cubría se podía ver lo poderoso de su musculatura y la profusión de pelo que crecía en sus brazos, su pecho, su espalda y sus peludos sobacos.

Pues si, fue un año Glorioso. El temido curso de final del bachillerato no había sido tan duro como temía. Bueno de hecho lo pase estupendamente. Tan estupendamente que suspendí 6 asignaturas.

  • Toda la culpa la tienes tú - le decía mi padre a mi madre.

Gracias a Dios habían empezado a discutir entre ellos y yo asistía calladito a la refriega. Sonreía con mi barbilla descansando sobre  la mano mientras recordaba las aventuras de aquel maravilloso curso. Las juergas con los amigos, las interminable...

El castigo de Cristian

Rafael sonreía ufano en la cama recordando lo que aquella misma tarde había ocurrido en el sótano. El sensación de poder omnímodo que le producía la humillante sumisión a la que había sometido a su vecino le enardecía.

Continuacion del relato "El padre de Cristian"

Rafael sonreía ufano  en la cama recordando lo que aquella misma tarde había ocurrido en el sótano. El sensación de poder omnímodo que le producía  la humillante sumisión a la que había sometido a su vecino le enardecía. Especialmente cuando se le venía a la mente la imagen de Martin con el culo roto subiendo penosamente las escaleras tras haberle vejado y violado sin piedad. Estos pensamientos le produjeron una enorme erección. Por un momento pensó fol...

El padre de Cristian

Desde aquella vez los encuentros fueron frecuentes. Cristian venía a mi casa y con la disculpa de enseñarle con el ordenador teníamos relaciones sexuales. A veces si la calentura nos apretaba nos lo montábamos en cualquier sitio.

Continuación de “El jovencito curioso”

Desde aquella vez los encuentros fueron frecuentes. Cristian venía a mi casa y con la disculpa de enseñarle con el ordenador teníamos relaciones sexuales. A veces si la calentura nos apretaba nos lo montábamos en cualquier sitio. En los baños del cine una vez nos masturbamos temiendo ser descubiertos. En las duchas del gimnasio se la chupé cuando nos quedamos solos. Aunque yo insistía en penetrarle el siempre se negaba. De hecho nuestros escarceos recordaban los...

El jovencito curioso

Mi nombre no tiene importancia, me costó decidirme a contar lo que me pasó, se que no estuvo muy bien pero la calentura pudo más

Un relato que leí hace muchos años

Mi nombre no tiene importancia, me costó decidirme a contar lo que me pasó, se que no estuvo muy bien pero la calentura pudo más. Soy un hombre de complexión fuerte, mido 1.80 de alto, piel blanca, pelo negro azabache, ojos café claro, pelo corto, peso 81 Kilos. Tengo 30 años, estoy casado desde hace un año y con una hija de 1 año también.

Sólo una vez tuve un encuentro sexual con un chico que se llamaba Manuel. Desde ese día tengo la fantasía de estar con un c...

Tormento y Éxtasis en el Viejo Almacén

Igor se incorporó del sillón y se dirigió con parsimonia hacia donde yo me encontraba. Me miró con esa mirada suya de macarra, de chuloputas para ser más preciso, que tanto me calentaba y producía en mí tal desazón que siempre sucumbía ante sus deseos.

Leer Antes "En el Viejo Almacén" y "Regreso al Viejo Almacén"

Cuando aquel gordo seboso se acercó a mí me levanté con dificultad. Después de haber sido sodomizado por los dos machos anteriores mi cuerpo estaba exhausto. Por esto no iba a pasar. No estaba dispuesto a que aquel gordo con la camiseta asquerosa me metiese ese rabo deforme por el culo.

  • No se acabó - le dije furioso.
  • ¿Como que se acabó? ¿Igor qué quiere decir este Maricón?

Igor se incorporó del sillón y se dirigió...