Un culito de ensueño
La jovencita era solo una fantasía para el cuarentón solitario y amargado, hasta que un día los sueños se hicieron realidad...
Un culito de ensueño
Llegué a esa casa un mes después de la sentencia definitiva de mi divorcio, cuando empezaba a terminar la temporada ciclónica y el otoño del Caribe era una larga sucesión de chaparrones y soles que freían al vapor las calles, los techos herrumbrados y las ganas de vivir. Lo que pude sacar de la casa con la que se quedó Milena fueron mis libros, dos paquetes de compacs, un montón de proyectos, varias cajas de bocetos, mis ropas, mis pinturas, algunas herramientas y mi vieja l...